lunes, 17 de diciembre de 2012

¿Realmente quería recordar a Valentine? Y sin embargo, al mismo tiempo, ¿era correcto olvidar? Uno podía  olvidar todo lo que causaba dolor cuando lo recordaba. Ella no quería olvidar a Max ni a Madeleine, ni tampoco a Hodge, ni a la Inquisidora, si siquiera a Sebastián. Cada recuerdo era valioso; incluso los malos. Valentine había querido olvidar: olvidar que el mundo tenía que cambiar, y que los cazadores de sombras tenían que cambiar con él... Olvidar que los subterráneos tenían alma, y que todas las almas eran importantes en la estructura del mundo. Había querido pensar únicamente en lo que diferenciaba a los cazadores de sombras de los subterráneos. Pero lo que había sido su perdición había sido el modo en que todos ellos eran iguales.
Ella miró mientras los fuegos artificiales estallaban en una lluvia de chispas... Chispas que pintaron las nubes sobre sus cabezas a medida que caían, una a una, en veloces líneas de fuego dorado, como ángeles cayendo del cielo.

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